Gráfica 5.
Historia natural del
cadáver
Corresponde a la secuencia
de los cambios que ocurren en el cadáver en el transcurso del tiempo. Estos
cambios obedecen a las características propias del cadáver (intrínsecas) así
como a las condiciones ambientales (extrínsecas). El estudio científico de esta
secuencia natural, da lugar a diversos diagnósticos de interés medicolegal,
como el tanatocronodiagnóstico, causas de muerte, etc.
La historia natural del
cadáver corresponde a la secuencia de cambios que le ocurren con el tiempo.
La gráfica 5, muestra una
curva sigmoide, indicando que al comienzo (primeras 24 a 36 horas), hay pocos
cambios líticos (coincide con los procedimientos criminalísticos frecuentes y
los rituales funerarios); posteriormente hay un incremento rápido de los
cambios necrológicos y al final (meses y años) hay muy pocos cambios con el
tiempo. Lo anterior en condiciones ambientales de temperatura y humedad
“habituales” en nuestro medio.
Muerte
El diagnóstico legal
o medicolegal está definido como “muerte cerebral”, independientemente de la
sobrevivencia de otros órganos. Tal diagnóstico admite la práctica de transplantes
y la eventual suspensión de medidas terapéuticas.
El Decreto 2493 de 2004 (agosto 4), por el cual se reglamentan
parcialmente las Leyes 9ª de 1979 y 73 de 1988 en relación con los componentes
anatómicos, del Ministerio de la Protección Social, en el Art. 12 dice:
“Muerte encefálica en mayores de dos (2) años. En el diagnóstico
de muerte encefálica en adultos
y niños mayores de dos (2) años, previo a cualquier procedimiento destinado a la utilización de componentes
anatómicos para fines de trasplantes, deberá constatarse por lo menos, la
existencia de los siguientes signos:
1.
Ausencia de respiración espontánea.
2.
Pupilas persistentemente dilatadas.
3.
Ausencia de reflejos pupilares a la luz.
4.
Ausencia de reflejo corneano.
5.
Ausencia de reflejos óculo-vestibulares.
6.
Ausencia de reflejo faríngeo o nauseoso.
7.
Ausencia de reflejo tusígeno.
El
diagnóstico de muerte encefálica no es procedente cuando en la persona exista cualquiera
de las siguientes causas o condiciones que la simulan pero son reversibles:
1.
Alteraciones tóxicas (exógenas).
2.
Alteraciones metabólicas reversibles.
3.
Alteración por medicamentos o sustancias depresoras del sistema nervioso
central y relajantes musculares.
4.
Hipotermia.
El
diagnóstico de muerte encefálica y la comprobación sobre la persistencia de los
signos de la misma, deben hacerse por dos o más médicos no interdependientes,
que no formen parte del programa de trasplantes, uno de los cuales deberá tener
la condición de especialista en ciencias neurológicas. Dichas actuaciones deberán
constar por escrito en la correspondiente historia clínica, indicando la fecha
y hora de las mismas, su resultado y diagnóstico definitivo, el cual incluirá
la constatación de los siete (7) signos que determinan dicha calificación.
Parágrafo. Cuando no sea posible corroborar alguno de
los siete (7) signos establecidos, se deberá aplicar un test de certeza”.
El diagnóstico
criminalístico de muerte, corresponde al cese total y permanente de los
signos vitales. Este diagnóstico lo pueden hacer los técnicos criminalísticos
mediante sencillas pruebas empíricas (aspecto general del cuerpo, total
ausencia de respuesta a estímulos, etc). Este diagnóstico permite la práctica
de procedimientos periciales como levantamiento, autopsia, colección de
muestras, etc.
Se prevé un debate legal y
bioético en un futuro próximo como consecuencia de las cada vez más aparentes
evidencias de transmisión de memoria cognitiva a través de los transplantes de
órganos. Lo anterior significa que probablemente no sea el encéfalo como tal,
el sustrato de la memoria y otros fenómenos psíquicos, sino el genoma, el
conjunto de ADN de los cromosomas, ubicado en el núcleo de todas y cada una de
las células (excepto los glóbulos rojos maduros y las plaquetas).
¿El pensamiento o la memoria estarían en el genoma?
Espasmo postmortem
Contracciones musculares
(liso y estriado) en el cadáver, inmediatamente después de la muerte cuando
ocurre en momentos de gran agitación psicoemocional. Son de corta duración y
pueden no presentarse. Son fenómenos casi nunca detectados por los técnicos
criminalísticos, pues acuden al cadáver tiempo después, debido a los trámites
de rigor.
Los espasmos postmortem son fenómenos
vitales.
Quietud absoluta
Equivale al diagnóstico
criminalístico de muerte.
Definición legal: muerte cerebral.
Definición criminalística: cese total de los signos vitales.
Espasmo cadavérico
Corresponde a la fijación,
por la rigidez cadavérica, de los espasmos postmortem. Su importancia
criminalística estriba en poder deducir la “actitud” del individuo al momento
de su muerte, por ejemplo la mano asida fuertemente al arma en el suicida, o al
timón del vehículo en el accidente de tránsito, o la actitud facial de terror.
El espasmo cadavérico es la fijación del
espasmo postmortem.
Rigidez cadavérica
Se produce por la
coagulación de las proteínas, producto de la desnaturalización de éstas por la
descomposición. Se observa incipientemente hacia las 2-4 horas, en las
superficies superiores del cuerpo. Produce anquilosis de las articulaciones
(algunos han interpretado este fenómeno como de origen muscular); hacia las 6
horas se propaga a las grandes masas corporales. El cadáver está rígido, y
puede trasladarse con mayor facilidad.
La rigidez cadavérica se produce por la
coagulación de las proteínas.
Enfriamiento
Es un término equívoco,
porque el enfriamiento no es un fenómeno cadavérico intrínseco. El cadáver no
“se enfría” por sí mismo. Su temperatura está sujeta a la temperatura
ambiental. Si esta es alta, mayor a 37ºC, el cadáver se calienta. Técnicamente
debiera describirse como “equilibrio térmico”. En algunos textos hay tablas de
la cronología del enfriamiento, pero estas no pueden generalizarse porque la
curva térmica del cadáver pertenece a su ambiente térmico específico y a las
características somáticas del cadáver. La temperatura promedio de amplias zonas
habitadas del planeta, es menor a 37ºC,
y es por esta razón estadística que, en general, el cadáver “se enfría”.
El equilibrio térmico del
cadáver obedece a tres leyes físicas:
-Irradiación:
El calor se irradia en forma de ondas térmicas (infrarrojas, base de la
termografía), en gradientes de “presión térmica”: de mayor temperatura a menor
temperatura. Cuando el medio ambiente es más frío que el cuerpo, el cadáver
pierde temperatura. El gradiente de irradiación es directamente proporcional a
la superficie, e inversamente proporcional al volumen corporal. A mayor
superficie/volumen, mayor irradiación. Por esto, el cadáver de un niño, irradia
o pierde más rápidamente su temperatura, y el cadáver de los adultos obesos, la
conservan por más tiempo. Esto es importante en el cronodiagnóstico en las
primeras 24-36 horas, pues un cadáver voluminoso conserva mayor temperatura que
otro magro, no obstante haber fallecido en el mismo momento.
-Conducción: El
calor pasa de un cuerpo con mayor temperatura a otro de menor temperatura
cuando están en contacto físico, según su propia conductividad térmica. Por
tanto es más lenta la curva térmica o el enfriamiento si el cadáver yace sobre
un colchón tibio, que sobre el frío cemento, aunque la temperatura ambiental
sea la misma.
-Convección: El paso de un fluido (aire)
sobre un cuerpo, arrastra consigo temperatura. Por esto, los cadáveres expuestos
al viento, se enfrían con mayor rapidez que los que estén en áreas cubiertas,
así hayan fallecido en el mismo momento.
El equilibrio térmico del
cadáver es un fenómeno extrínseco que ocurre por irradiación, conducción y
convección.
Livideces cadavéricas
Lívido significa pálido,
pálido amoratado, intensamente pálido. El fenómeno de las livideces cadavéricas
se debe a la decantación por gravedad de los glóbulos rojos, más pesados que el
plasma sanguíneo, fenómeno que se utiliza rutinariamente para medir la
velocidad de sedimentación globular (VSG), o el hematocrito en el laboratorio
clínico. Esta decantación produce tres fenómenos cadavéricos de importancia
criminalística: las livideces, las hipostasis y las áreas pálidas de apoyo.
Grafica 6
Las livideces son las
áreas pálidas superiores, producto de la desaparición gradual de los glóbulos
rojos que se decantan en las superficies declives o inferiores del cuerpo.
Eventualmente pueden detectarse acá áreas amarillo-verdosas, producto de
los componentes grasos (livianos) del plasma, muy difícil de apreciar con la
luz artificial de la morgue.
Las hipostasis son
las áreas oscuras, rojovinosas, que se detectan en las áreas declives del
cadáver producto de la decantación de los glóbulos rojos. La importancia
criminalística de las áreas hipostáticas, es que permiten identificar la
posición general del cuerpo (arriba y abajo) en su escena, y muy útil para el
tanatocronodiagnóstico. Tienen dos manifestaciones cadavéricas:
a). hipostasis por
infiltración de glóbulos rojos en los tejidos, que son las que se observan a la
simple inspección en las partes declives de los órganos, particularmente en la
piel. Estas áreas son móviles en la primera o segunda hora del fallecimiento, y
son fijas, posteriormente, no obstante cambie la posición del cadáver. Este
hecho está asociado a la aparición de la rigidez cadavérica, que impide la
migración por gravedad de los glóbulos rojos.
b). las hipostasis por
trasudación de hemoglobina lisada, plasma y glóbulos rojos dañados en las
cavidades del cuerpo. Estas hipostasis son siempre móviles. Las equímosis y los
hematomas se diferencian por su ubicación no relacionada con los declives y
porque tienden a ser fijos.
Las áreas pálidas de
apoyo son de gran importancia criminalística en el levantamiento del
cadáver, porque indican los sitios específicos de apoyo del cadáver, lo que
permite la interpretación de la ubicación exacta del cadáver en la escena de
los hechos, incluso señala la remoción de algún objeto bajo el cadáver (por
ejemplo, ayudan a indagar sobre la sustracción de algún objeto bajo el cadáver
o su cambio de ubicación). Se producen porque en estas áreas no se deposita la
sangre decantada, debido a la presión que ejerce el peso del cadáver sobre la
piel en los puntos de apoyo. Tales áreas pierden importancia criminalística en
la morgue, puesto que esta es una ubicación artificial, de ahí que los textos
suelen no referirse a ellas y señalar su verdadera importancia medicolegal en
el lugar de los hechos. Estas áreas también están sujetas a modificación según
el tiempo de muerte. En las primeras dos horas pueden adoptar la nueva forma de
la superficie de apoyo, de que el cadáver adopta la morfología plana de la mesa
de la morgue durante esta fase.
Es muy habitual (casi norma
general) denominar “livideces” a las áreas oscuras o hipostáticas. De hecho, la
“lividez” del rostro por el frío, o ciertas emociones, se debe a vasoconstricción
periférica, circunstancia que implica baja concentración de glóbulos rojos en
la piel. No resulta correcto denominar de igual manera a una región donde
ocurre lo contrario, alta concentración de glóbulos rojos, como podría ser un
hematoma, una equímosis o las hipostasis. Este error impide la adecuada
descripción técnica del problema físico que ocurre en el cadáver.
El fenómeno de las livideces genera
áreas de color en el cadáver.
Flaccidez cadavérica
Corresponde a la iniciación
de la fase rápida de descomposición. Se debe a la lisis de los tejidos; algunos
textos la denominan fase “colicuativa”, ablandamiento o licuefacción de los tejidos.
La refrigeración del
cadáver, detiene eficazmente las primeras fases de descomposición, pero una vez
el cadáver inicia su fase de flaccidez, tal fenómeno continúa, aun en refrigeración
(5º C).
La flaccidez inicia la fase rápida de descomposición.
Mancha verde
Se debe a la infiltración de
pigmentos bacterianos (biliverdinas). Usualmente se ve en el abdomen. La
utilidad de este fenómeno, además de los cronodiagnósticos, es que, ubicadas en
otras áreas, como la frente o en tórax, orientan hacia zonas sépticas del
cadáver, y permite descubrir causa de muerte.
Epidermólisis
Es un fenómeno subsecuente a
la flaccidez. Puede producir flictenas (acumulación de líquidos) o flictemas
(acumulación de gases) bajo la capa superficial de la piel.
Enfisema cadavérico
Acumulación de gases en los
tejidos del cadáver, ocasionado por la acción bacteriana. Este fenómeno no es
obligado (extrínseco); los cadáveres de pacientes sometidos a amplia acción de
antibióticos, pueden carecer de él. La rápida desecación del cadáver, también
lo evita. Este fenómeno puede ser el causante de las rupturas de las maderas y
vidrios del cofre funerario, y originar la leyenda de “entierro vivo”.
El enfisema cadavérico infla y cambia la forma del cadáver.
Trama vascular
Se debe a la circulación
retrógrada, por efecto de la presión centrífuga de los gases del enfisema cadavérico
en expansión sobre la columna embólica producida por las hipóstasis en los
vasos. Es importante hacer el diagnóstico diferencial con la trama vascular que
se presenta en el paciente quemado, fenómeno que subsiste en el cadáver fresco.
Período cromático
Se debe a la foto-oxidación
de los pigmentos ferruginosos devueltos a la superficie por los gases y que
producen un marcado ennegrecimiento de la superficie corporal. Es el mismo
fenómeno que se observa en la descomposición de algunas frutas.
Flora-fauna cadavérica
Es un fenómeno ambiental,
que debe ser estudiado por el biólogo o entomólogo forense. En general tiene
tres importancias criminalísticas: la más importante y clásica, está asociada
al cronodiagnóstico, acorde con los períodos de crecimiento de ciertas plantas
o insectos. También para establecer el posible traslado del cadáver de su
ecoambiente en que falleció y además, porque puede orientar hacia posibles
causas de muerte. Los diversos depredadores suelen iniciar su trabajo de
“limpieza” por los agujeros naturales del cadáver. Cuando horadan en zonas
carentes de agujeros naturales, es posible que allí existiese una herida
previa. El semen contiene fructuosa y hace que ciertas hormigas formen un halo
alrededor de estas manchas en ropas o el piso, invisibles al ojo humano pero
así evidenciadas para análisis de laboratorio.
La flora y fauna cadavéricas pueden
orientar hacia causas de muerte.
Reducción esquelética
Se trata de la desaparición
total o subtotal de los tejidos blandos del cadáver. La “inhumación” en bóveda
de los cementerios, está diseñada para que este fenómeno ocurra en un corto
período de tiempo (5 a
6 años). La inhumación en tierra, produce la reducción esquelética en un
período mucho más largo. Esto está asociado a la mayor o menor humedad y ventilación
de la fosa.
Fenómenos abortivos de la
descomposición
-La refrigeración y la congelación: Las neveras de las morgues
deben conservar a los cadáveres a una temperatura de 4-5º C. Temperatura más
alta, no detiene la descomposición y a temperaturas de congelación produce
rupturas celulares que dificultan o impiden los estudios de anatomía patológica
(los cristales de hielo ocupan más volumen y rompen el citoplasma). Para
proceder a la autopsia de un cadáver en estado de congelamiento, debe
descongelarse en la nevera de la morgue a 5º C por espacio de 24-48 horas. La
descongelación a temperatura ambiente (14-20º C), corre el riesgo de propiciar
la descomposición de ciertas áreas, mientras que otras todavía están en congelación,
dificultando la autopsia.
La refrigeración del cadáver se hace en
neveras a 5ºC.
-La carbonización: Provocadas a temperaturas de 400-800º C, no
logran la total desaparición de los tejidos, el particular el óseo y más
especialmente la dentadura. Las amalgamas dentales, sólo desaparecen a
temperatura de alto horno, por tanto, los cadáveres encontrados en incendios
(caseros, automotores), pueden arrojar buenas pistas de causas de muerte e
identificación.
-La cremación: Se hace a temperatura de alto horno (más de 800º
C, usualmente 1.200º C). Desaparecen todos los tejidos. Aun así hay algunas
prótesis odontológicas que pueden soportar esta temperatura.
-La tanatopraxia: Son técnicas de
conservación de cadáveres que utilizan medios como formol 90%,
glicerina líquida, alcohol industrial 100%, anilina roja (fluido para
arterias), anilina verde (fluido para vísceras), menta piperita (fluido de olor), soda cáustica (para las
vísceras), alcanfor- formol (entre otros productos vegetales y minerales).
Esta forma de “momificación industrial”, es de corta duración y en general está
diseñada para alargar el tiempo de descomposición para la velación y las honras
funerarias. Importa destacar que esta práctica debe hacerse una vez se agoten
las exigencias propias de la investigación medicolegal.
Actualmente
están en curso diversos métodos experimentales de conservación de cadáveres con
fines “futuristas”, como una posible “resucitación” o clonación de personas. Es
obvio que tales métodos no podrán cursar en casos de investigación
criminalística, puesto que implica modificaciones autópsicas o ulteriores análisis
que requieren la remoción del cuerpo de su sitio de conservación.
Otras formas de
descomposición
-Adipocira: La inhumación en tierras fangosas por meses
o años, produce la reducción de las grasas y otras sustancias corporales a
material cerúleo (probablemente por efecto anaerobio y la gradual aposición de
minerales diluidos en medio acuoso), favoreciendo la conservación de muchos
tejidos, incluso de contenidos gástricos o tóxicos. Su importancia criminalística
está en que permite un buen diagnóstico de causa de muerte, no obstante el
tiempo transcurrido. La adipocira parece ser el camino a la fosilización, pues con
alguna frecuencia se encuentran cuerpos, especialmente de árboles, de aspecto
gredoso que permiten ver muy bien sus anillos.
La adipocira prolonga la conservación de
las evidencias.
-Momificación: En general se produce por inhumación en tierras
porosas, secas y ventiladas. Es producida por la rápida desecación del cuerpo
y, probablemente por ciertas condiciones como el estado general del cuerpo al
morir, y otras aun no bien conocidas como hábitos nutricionales o medicamentosos.
La momificación se produce por
inhumación en tierras porosas, secas y ventiladas.
Exhumación
Es un procedimiento criminalístico muy útil cuando
debe responder a preguntas concretas y complementarias a la autopsia dentro de
la investigación judicial. La exhumación por carencia de autopsia previa,
arroja pobres respuestas, aun así debe hacerse previo formulario bien
seleccionado.
Restos óseos
Interesa definir si son o no de humano, si son de una
o más personas, para complementar la identificación, tiempo y causa de muerte.
Es un tema muy bien estudiado por la antropología forense que permite deducir
muchas características premortem del individuo en análisis.
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